domingo, 23 de mayo de 2010

R&J

Si tots hem sentit parlar d'ella milers de vegades, per a què hauria d'extendre'm parlant de la més famosa tragèdia de Shakespeare? Seria una pèrdua de temps explicar qui és Romeu, qui és Julieta i on està Verona (de totes formes, us deixe enllaços per si algú vol furgar).
Tot i així hem propose reivindicar des d'ací el sentit original de la peça teatral i maleïr totes les vegades que s'ha aprofitat per a animar una estúpida pel·lícula americana per a adolescents que l'únic que a aconseguit, lluny de predicar la tragèdia shakespereana, ha fet de Romeu i Julieta una imatge cursi i hortera!
En fi, he decidit dedicar un post a arreplegar algun moment clau de l'obra i adornar-lo amb les fotografies que Annie Leivobitz va fer per a Vogue. No podeu deixar de donar un ull a aquestes dues obres d'art:

Per cert, si a algú li ve de gust donar un ull a Romeu i Julieta us deixe un enllaç sobre el títol on la teniu sencereta.

LA TROBADA A LA FESTA

ROMEO Si con mi mano indigna he profanado tu santa efigie, sólo peco en eso: mi boca, peregrino avergonzado, suavizará el contacto con un beso.
JULIETA Buen peregrino, no reproches tanto a tu mano un fervor tan verdadero: si juntan manos peregrino y santo, palma con palma es beso de palmero.
ROMEO ¿Ni santos ni palmeros tienen boca?
JULIETA Sí, peregrino: para la oración.
ROMEO Entonces, santa, mi oración te invoca: suplico un beso por mi salvación.
JULIETA Los santos están quietos cuando acceden.
ROMEO Pues, quieta, y tomaré lo que conceden [La besa.] Mi pecado en tu boca se ha purgado.
JULIETA Pecado que en mi boca quedaría.
ROMEO Repruebas con dulzura. ¿Mi pecado? ¡Devuélvemelo!
JULIETA Besas con maestría.
L'ESCENA DEL BALCÓ
JULIETA ¿Quién eres tú, que te ocultas en la noche e irrumpes en mis pensamientos?
ROMEO Con un nombre no sé decirte quién soy. Mi nombre, santa mía, me es odioso porque es tu enemigo. Si estuviera escrito, rompería el papel.
JULIETA Mis oídos apenas han sorbido cien palabras de tu boca y ya te conozco por la voz. ¿No eres Romeo, y además Montesco?
ROMEO No, bella mía, si uno a otro te disgusta.
JULIETA Dime, ¿cómo has llegado hasta aquí y por qué? Las tapias de este huerto son muy altas y, siendo quien eres, el lugar será tu muerte si alguno de los míos te descubre.
ROMEO Con las alas del amor salté la tapia, pues para el amor no hay barrera de piedra, y, como el amor lo que puede siempre intenta, los tuyos nada pueden contra mí.
JULIETA Si te ven, te matarán.
ROMEO ¡Ah! Más peligro hay en tus ojos que en veinte espadas suyas. Mírame con dulzura y quedo a salvo de su hostilidad.
JULIETA Por nada del mundo quisiera que te viesen.
ROMEO Me oculta el manto de la noche y, si no me quieres, que me encuentren: mejor que mi vida acabe por su odio que ver cómo se arrastra sin tu amor.
JULIETA ¿Quién te dijo dónde podías encontrarme?
ROMEO El amor, que me indujo a preguntar. Él me dio consejo; yo mis ojos le presté. No soy piloto, pero, aunque tú estuvieras lejos, en la orilla más distante de los mares más remotos, zarparía tras un tesoro como tú.
JULIETA La noche me oculta con su velo; si no, el rubor teñiría mis mejillas por lo que antes me has oído decir. ¡Cuánto me gustaría seguir las reglas, negar lo dicho! Pero, ¡adiós al fingimiento! ¿Me quieres? Sé que dirás que sí y te creeré. Si jurases, podrías ser perjuro: dicen que Júpiter se ríe de los perjurios de amantes. ¡Ah, gentil Romeo! Si me quieres, dímelo de buena fe. O, si crees que soy tan fácil, me pondré áspera y rara, y diré « no » con tal que me enamores, y no más que por ti. Mas confía en mí: demostraré ser más fiel que las que saben fingirse distantes. Reconozco que habría sido más cauta si tú, a escondidas, no hubieras oído mi confesión de amor. Así que, perdóname y no juzgues liviandad esta entrega que la oscuridad de la noche ha descubierto.
ROMEO Juro por esa luna santa que platea las copas de estos árboles...
JULIETA Ah, no jures por la luna, esa inconstante que cada mes cambia en su esfera, no sea que tu amor resulte tan variable.
ROMEO ¿Por quién voy a jurar?
JULIETA No jures; o, si lo haces, jura por tu ser adorable, que es el dios de mi idolatría, y te creeré.
ROMEO Si el amor de mi pecho...
JULIETA No jures. Aunque seas mi alegría, no me alegra nuestro acuerdo de esta noche: demasiado brusco, imprudente, repentino, igual que el relámpago, que cesa antes de poder nombrarlo. Amor, buenas noches. Con el aliento del verano, este brote amoroso puede dar bella flor cuando volvamos a vernos. Adiós, buenas noches. Que el dulce descanso se aloje en tu pecho igual que en mi ánimo.
LES NOCES
FRAY LORENZO Sonría el cielo ante el santo rito y no nos castigue después con pesares.
ROMEO Amén. Mas por grande que sea el sufrimiento, no podrá superar la alegría que me invade al verla un breve minuto. Unid nuestras manos con las santas palabras y que la muerte, devoradora del amor, haga su voluntad: llamarla mía me basta.
FRAY LORENZO El gozo violento tiene un fin violento y muere en su éxtasis como fuego y pólvora, que, al unirse, estallan. La más dulce miel empalaga de pura delicia y, al probarla, mata el apetito. Modera tu amor y durará largo tiempo: el muy rápido llega tarde como el lento.
Entra JULIETA apresurada y abraza a ROMEO.
Aquí está la dama. Ah, pies tan ligeros no pueden desgastar la dura piedra. Los enamorados pueden andar sin caerse por los hilos de araña que flotan en el aire travieso del verano; así de leve es la ilusión.
JULIETA Buenas tardes tenga mi padre confesor.
FRAY LORENZO Romeo te dará las gracias por los dos, hija.
JULIETA Y un saludo a él, o las suyas estarían de más.
ROMEO Ah, Julieta, si la cima de tu gozo se eleva como la mía y tienes más arte que yo para ensalzarlo, que tus palabras endulcen el aire que nos envuelve, y la armonía de tu voz revele la dicha íntima que ambos sentimos en este encuentro.
JULIETA El sentimiento, si no lo abruma el adorno, se precia de su verdad, no del ornato. Sólo los pobres cuentan su dinero, mas mi amor se ha enriquecido de tal modo que no puedo sumar la mitad de mi fortuna.
FRAY LORENZO Vamos, venid conmigo y pronto acabaremos, pues, con permiso, no vais a quedar solos hasta que la Iglesia os una en matrimonio.
LA MORT
ROMEO Te juro que lo haré. A ver su cara. ¡El pariente de Mercucio, el Conde Paris! ¿Qué decía mi criado mientras cabalgábamos que mi alma agitada no escuchaba? Creo que dijo que Paris iba a casarse con Julieta. ¿Lo dijo? ¿O lo he soñado? ¿O me he vuelto loco oyéndole hablar de Julieta y creo que lo dijo? Ah, dame la mano: tú estás conmigo en el libro de la adversidad. Voy a enterrarte en regio sepulcro. ¿Sepulcro? No, salón de luz, joven muerto: aquí yace Julieta, y su belleza convierte el panteón en radiante cámara de audiencias. Muerte, yace ahí, enterrada por un muerto. [Coloca a PARIS en la tumba.] ¡Cuántas veces los hombres son felices al borde de la muerte! Quienes los vigilan lo llaman el último relámpago. ¿Puedo yo llamar a esto relámpago? Ah, mi amor, mi esposa, la Muerte, que robó la dulzura de tu aliento, no ha rendido tu belleza, no te ha conquistado. En tus labios y mejillas sigue roja tu enseña de belleza, y la Muerte aún no ha izado su pálida bandera. Tebaldo, ¿estás ahí, en tu sangrienta mortaja? ¿Qué mejor favor puedo yo hacerte que, con la misma mano que segó tu juventud, matar la del que ha sido tu enemigo? Perdóname, primo. ¡Ah, querida Julieta! ¿Cómo sigues tan hermosa? ¿He de creer que la incorpórea Muerte se ha enamorado y que la bestia horrenda y descarnada te guarda aquí, en las sombras, como amante? Pues lo temo, contigo he de quedarme para ya nunca salir de este palacio de lóbrega noche. Aquí, aquí me quedaré con los gusanos, tus criados. Ah, aquí me entregaré a la eternidad y me sacudiré de esta carne fatigada el yugo de estrellas adversas. ¡Ojos, mirad por última vez! ¡Brazos, dad vuestro último abrazo! Y labios, puertas del aliento, ¡sellad con un beso un trato perpetuo con la ávida Muerte! Ven, amargo conductor; ven, áspero guía. Temerario piloto, ¡lanza tu zarandeado navío contra la roca implacable! Brindo por mi amor. [Bebe.] ¡Ah, leal boticario, tus drogas son rápidas! Con un beso muero. Cae. Entra FRAY LORENZO con linterna, palanca y azada.
FRAY LORENZO ¡San Francisco me asista! ¿En cuántas tumbas habré tropezado esta noche? ¿Quién va?
BALTASAR Un amigo, alguien que os conoce.
FRAY LORENZO Dios te bendiga. Dime, buen amigo, ¿de quién es esa antorcha que en vano da luz a calaveras y gusanos? Parece que arde en el panteón de los Capuletos.
BALTASAR Así es, venerable señor, y allí está mi amo, a quien bien queréis.
FRAY LORENZO ¿Quién es?
BALTASAR Romeo.
FRAY LORENZO ¿Cuánto lleva ahí?
BALTASAR Media hora larga.
FRAY LORENZO Ven al panteón.
BALTASAR Señor, no me atrevo. Mi amo cree que ya me he ido y me amenazó terriblemente con matarme si me quedaba a observar sus intenciones.
FRAY LORENZO Entonces quédate; iré solo. Tengo miedo. Ah, temo que haya ocurrido una desgracia.
BALTASAR Mientras dormía al pie del tejo, soñé que mi amo luchaba con un hombre y que le mataba. [Sale.]
FRAY LORENZO ¡Romeo! Se agacha y mira la sangre y las armas. ¡Ay de mí! ¿De quién es la sangre que mancha las piedras de la entrada del sepulcro? ¿Qué hacen estas armas sangrientas y sin dueño junto a este sitio de paz? ¡Romeo! ¡Qué pálido! ¿Quién más? ¡Cómo! ¿Paris? ¿Y empapado de sangre? ¡Ah, qué hora fatal ha causado esta triste desgracia! [Se despierta JULIETA.] La dama se mueve.
JULIETA Ah, padre consolador, ¿dónde está mi esposo? Recuerdo muy bien dónde debo hallarme, y aquí estoy. ¿Dónde está Romeo?
FRAY LORENZO Oigo ruido, Julieta. Sal de ese nido de muerte, infección y sueño forzado. Un poder superior a nosotros ha impedido nuestro intento. Vamos, sal. Tu esposo yace muerto en tu regazo , y también ha muerto Paris. Ven, te confiaré a una comunidad de religiosas. Ahora no hablemos: viene la guardia. Vamos, Julieta; no me atrevo a seguir aquí. Sale.
JULIETA Marchaos, pues yo no pienso irme. ¿Qué es esto? ¿Un frasco en la mano de mi amado? El veneno ha sido su fin prematuro. ¡Ah, egoísta! ¿Te lo bebes todo sin dejarme una gota que me ayude a seguirte? Te besaré: tal vez quede en tus labios algo de veneno, para que pueda morir con ese tónico. Tus labios están calientes.
GUARDIA [dentro] ¿Por dónde, muchacho? Guíame.
JULIETA ¿Qué? ¿Ruido? Seré rápida. Puñal afortunado, voy a envainarte. Oxídate en mí y deja que muera.

4 comentarios:

  1. Caram quina entrada més ben feta! Les fotografies són xulíssimes i la tria de textos fenomenal! Enhorabona! És un article molt professional!

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  2. i el mallot del Romeu a més el mallot del Romeu deixa poc per a la imatginació...

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  3. Les imatges son genials, m'ha encantat!!!!

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