viernes, 16 de abril de 2010

Happiness


Creo que es por mi estado anímico hoy que he recordado esta particular y magnífica escena de Happiness (1998). Para aquellos que no la conozcan, permítanme la recomendación. Dicen que American Beauty (1999) le debe mucho a este filme, y bajo mi punto de vista es cuanto menos cierto. Aunque hay que destacar el caracter light y adecuado a los cánones de American Beauty a su lado.

La película data de 1998 y está dirigida por Todd Solondz, un célebre guionista y director de cine independiente de Estados Unidos. El filme fue etiquetado como comedia negra dentro del cine independiente estadounidense y creo controversias debido a los temas que trata, desde la violación, hasta la pedofilia, el suicidio, el homicidio... Fue tal la polémica que incluso la distribuidora original la rechazó. Sin embargo, no todo fueron malas noticias para su director ya que recibió también muchos aplausos y halagos por ella; la película recibió el mismo año el Premio de la Crítica de Cannes y el de Toronto a la mejor película de comedia negra.

Bajo el título de Happiness se esconde irónicamente la historia de la familia Jordan, en apariencia una familia económica, social y emocionalmente estable. Trish (Cynthia Stevenson) casada y con hijos sacrifica sus ambiciones a cambio de su cotidiana vida. Trish tiene una hermana (Jane Adams) idealista sin remedio quien trabajaba de teleoperadora pero que tras el suicidio de su ex-pareja decide dejar su empleo y dar clases a inmigrantes. La otra hermana es Helen (Lara Flynn Boyle), una frívola y exitosa escritoria que se siente frustada tras querer atribuir una violación a un personaje de su novela y no saber cómo hacerlo. El marido de Trish es Bill (Dylan Baker) quien interpreta el papel de un padre ejemplar pero que en el fondo guarda una enfermedad que va desvelando a lo largo de la película. Un papel muy conseguido, ya que logra mostrar una sobriedad y empatía impresionantes dignas de un enfermo mental, como se puede apreciar en la escena que he incluido.

Happiness se nos presenta como un film oscuro, de entramados rocambolescos que pueden parecernos exagerados. Los personajes cumplen su papel a rajatabla. Son personajes reales, humanos, que interpretan situaciones inverosímiles y esto hace que el espectador se sienta más cercano a ellos. Solondz no solo se ciñe al retrato social de una familia americana, sino que abarca más generalmente las perversiones del ser humano, todo aquello que le frustra, temas tabú, miserias interiores...  En general, el fracaso personal. Una película dura y difícil de ver, ya que los personajes van chasco tras chasco y no se les da tregua a alcanzar la felicidad. De estructura narrativa genial, aunque no tanto desde el punto de vista de la dirección. Sin embargo, una de las mejores películas de los 90 que no os podéis perder.

1 comentario:

  1. Me encanta esta escena... es algo así como:
    -Vaya, bonito día para ir al parque.
    -¡¡¡¡¡DIOS SE LOS ESTÁ CARGANDO!!!!
    -Bueno, pero es un bonito día para ir al parque.

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