sábado, 29 de mayo de 2010

Crónica de un viernes en el Primavera Sound

Si había una cita ineludible para mí el 28 de mayo era sin duda el Primavera Sound. Por desgracia no podía acudir los tres días que dura el festival puesto que se celebra en fechas un tanto críticas para los que somos universitarios, sin embargo la confirmación de Pixies -entre otros- suponía asistencia obligatoria al menos el viernes. No quería ver una falta en mi expediente de conciertos.

Cuatro horas y media de autobús hasta llegar a Barcelona. Nervios, muchos nervios en mi estómago. Canjear la entrada por la pulsera y previas cervezas de rigor antes de entrar al Parc del Fòrum.  Hace mal tiempo, pero eso no puede desanimarme, por fin me voy a estrenar en el  Primavera Sound. Son las 18.00 y según mi ruta de conciertos en quince minutos comienzan  en el escenario San Miguel The New Pornographers. He de decir que no soy muy fan de los pornógrafos, no porque no me guste lo que hacen, sino porque no he dedicado demasiado tiempo a escucharlos. Pese a ser pronto y estar cayendo la tarde, hay bastante público. Me parecieron algo flojos en directo. Si no recuerdo mal, reconocí algunos de sus temas más conocidos: Moves o Challengers.


Voy haciendo tiempo con The New Pornographers hasta las 19.20 que actúan Nueva Vulcano en el escenario Ray-Ban. Faltan cinco minutos para que comience y voy bajando las escaleras que llevan al escenario.  No parece haber mucha gente, pero se acaba llenando. También uno de mis conciertos más esperados y que me había creado más expectación. Descubrí a los Nueva con Juego Entrópico, pero hasta hace poco no me habían enganchado, en los últimos tres meses mi last me marca 672 scrobblings... Casi nada. Comienza el concierto y promete mucho. Suenan temas del último disco (Te debo un baile, Dulce y Ácida,  Níquel Canela,  Jen Trok, La ley de costas...) y también más antiguos (Solamente un fuego, El día de mañana, Esto no es París, Sagrada Familia, Las cosas y las casas...).  Superan con creces mis expectativas. Un directo limpio, complicidad con el público, actitud en el escenario... ¿Qué más se puede pedir? Geniales, genialísimos.



Desgraciadamente el concierto de Nueva Vulcano termina y según mi ruta me toca Spoon en el San Miguel.  Se está haciendo de noche y los de Texas actúan en el grande. No tardan mucho en cautivar al público que canta fervientemente sus melodías  pegadizas: The Way We Get By, I Turn My Camera On, The Underdog, Got Nuffin'... Para mi gusto entretenidos.

Tras un rato con Spoon mi horario me marca Beach House en el ATP, pero queda un poco lejos y no me apetece andar. Aún a riesgo de quedarme dormida, acabo en el escenario Ray-Ban viendo a CocoRosie. En su día fui adicta a La Maison de Mon Rêve y al Noah's Ark, pero no me parecía un concierto para ver en un festival y menos a la hora de cenar. Aún así me gustó cómo sonaron, muy en su estilo dream pop.

Son las 22.30 y está a punto de comenzar Wilco, otro de los conciertos estrella de esta edición del Primavera Sound. Comienza la masificación de público en el San Miguel. Me sitúo frente a la torre de sonido y comienza el concierto. Pintaba muy bien, pero tras sonar Jesus, etc., el tema que más me gusta, y aún a riesgo de parecer una petarda, me marcho de allí. Wilco me gustan, sí, pero no como para verles en un festival. Necesito cerveza, ritmos fuertes y espectáculo. Qué mejor para satisfacer mis necesidades que marcharme a Les Savy Fav.


Sabía dónde me metía porque ya lo había visto en algunos videos así que me marcho sola al ATP, todo el mundo quiere ver a Wilco. Sin embargo Les Savy Fav no están solos y el público espera que comience el concierto. El cantante, un tipo bastante peculiar, aparece con un disfraz que no sabría cómo clasificar, entre disfraz de Yeti, el abominable hombre de las nieves y de vaca, también unas gafas luminosas al estilo de Chimo Bayo. A mitad de concierto se medio desnuda, hace gestos obscenos y bailes extravagantes. A ello le sumamos guitarras, noise... The Equestrian, Yawn Yawn Yawn, The Lowest Bitter, Patty Lee o la que yo con más ganas esperaba, The Sweat Descends.





Tras el show de Les Savy Fav toca Cold Cave en el Pitchfork. Quería verles porque su estilo entre Joy Division y New Order me gusta. Finalmente no los vi y acabé dando unas vueltas por el recinto y otra vez al San Miguel, a esperar a los tan deseados Pixies.

Ya se va amontonando la gente en el escenario grande. Los más fans de Pixies no se han movido del San Miguel en todo el día, las primeras filas siempre son muy deseadas. Hay que reconocer que Frank Black y sus compañeros ya están algo mayores, pero eso no es algo que les impida demostrar todo lo que valen en el escenario. Míticos, y con razón. Yo fui de las que aguardó la espera cerca del escenario para no perderme ni un detalle, a ello le debo tener los pies morados y una cámara de fotos rota, pero eso es otro tema. La gente se volvió loca gritando y saltando cuando salieron al escenario los estadounidenses. Recorrieron hit tras hit toda su discografia en aproximadamente una hora y veinte minutos: Debaser, Here Comes Your Man, Tame, Monkey Gone To Heaven, Velouria, Dig For Fire, Gouge Away, Hey, Caribou, Wave of Mutilation, Isla de Encanta, Vamos... Entre otras. Un concierto impresionante que emocionó a todos los que estábamos allí. No tengo palabras para describir el final con Gigantic y Where's My Mind. I-N-C-R-E-Í-B-L-E. Tras esto ya puedo morir en paz.


Cuando acabó el concierto de Pixies tocaban Yeasayer en el Vice. Aunque quedaba un poco lejos tenía curiosidad por ver cómo sonaban en directo, así que allí acabé. Entre colas y empujones conseguimos llegar, había demasiada gente y Yeasayer sonaban raros desde tan lejos, sin embargo me parecieron entretenidos aunque nada del otro mundo en el escenario.


Las tres de la mañana y los Bloody Beetroots, de los que ya habló Eva Disaster en Miscelánea, meten caña en el Ray-Ban. No son muy del estilo del festival, pero allí se ha reunido todo el mundo y salta al ritmo de Warp 1.9 o Cornelius. Mucha pero que mucha fiesta.

Los Bloody Beetroots duran sobre una hora y a las 4.30 le toca el turno a Diplo en el escenario Pitchfork. Apuro el último ticket con un ron con cola. El pinchadiscos se encarga de finiquitar la noche haciéndonos bailar a todos al ritmo de sus experimentos musicales influenciados por la electrónica, el funk, los ochenta o el hip-hop.

A las seis de la mañana los seguridades del festival despejan el recinto del Parc del Fòrum con una cinta  rodeándonos. Ya no siento ni los pies y creo que casi ninguna parte de mi cuerpo. Aún quedan cuatro horas para que salga mi autobús de vuelta a Valencia. Así concluye el segundo día del Primavera Sound que  comenzaba el jueves y termina hoy. Desgraciadamente, yo no os lo podré contar, ahora mismo voy a sumergirme un rato entre mis apuntes.

4 comentarios:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=DWW-_Iv5dhk

    IMPRECIBLE!

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  2. Perds la sensibilitat als peus, una càmera, has de fert-te lloc sola entre la massa (no eres precissament una gran mole imponente)... i la conclussió és que ja pots morir-te tranquil·la. Bé, podem fer-nos una idea de com t'ho has passat.

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  3. Laieta, algú que m'ha llegit i entés (L)

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